Este proyecto, que tiene un periodo de ejecución de seis meses –según informa el Ayuntamiento de Madrid–, contempla renovar la vegetación, crear siete nuevas entradas al parque y mejorar los caminos existentes, tal como reclamaban los vecinos, intentando además solucionar las carencias del suelo para favorecer el crecimiento de la vegetación: se aportará tierra vegetal de buena calidad para que crezcan el medio centenar de árboles –pinos, perales, moreras o liquidámbar– que está previsto plantar, junto con un sistema de drenaje para evitar encharcamientos.
Así, se ha rediseñado el ajardinamiento con nuevas áreas de césped y estanciales, y se instalará un riego con sistema de telegestión por control remoto vía radio, que permite ahorrar más de un 30% del agua y reducir los costes de mantenimiento. Las zonas circulares y las superficies terrizas que rodean la pista deportiva se rematarán en zahorra –grava compactada– lo que impide la formación de charcos y el crecimiento de vegetación no deseada. Para rematar, se acondicionarán nuevos caminos en el parque, ajustándose a los itinerarios alternativos usados por los vecinos, creando entradas desde Príncipe Carlos e Infanta Catalina Micalea, y dando cumplimiento a un proyecto de Presupuestos Participativos 2018, se instalará un circuito de calistenia –barras para hacer ejercicios–.