La vida, según Boa Mistura
La colonia de San Cristóbal, situada entre el paseo de la Castellana y el futuro desarrollo Madrid Nuevo Norte, es uno de los ejemplos de arquitectura residencial colectiva más notables de Madrid. Su diseño urbanístico fue pensado cuidadosamente para las personas que iban a habitarla, adaptándose a sus necesidades. Como resultado, en la colonia surgió una comunidad viva y cohesionada durante décadas.
El proyecto formó parte de las denominadas Casas Baratas, construidas con ayudas estatales desde finales del siglo XIX a los años 50 del siglo pasado. El objetivo de este conjunto, construido entre 1948 y 1949, fue facilitar viviendas asequibles a los empleados de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). De hecho, el propio nombre del barrio está íntimamente relacionado con el transporte, ya que San Cristóbal es el patrón de conductores y transportistas.
La colonia es obra de Secundino Zuazo, uno de los arquitectos españoles más reconocidos de la primera mitad del siglo XX, que se centró y ese fue su gran logro en construir la mejor arquitectura posible con los medios más modestos. Las arquerías de acceso a las viviendas y el uso del ladrillo fueron los protagonistas del diseño de sus fachadas y dieron una personalidad propia a los edificios.
Como un pequeño pueblo
En su concepción todo está optimizado, desde la disposición de las escaleras a la distribución de las viviendas. En definitiva, el conjunto de viviendas, conocido también como Las Ochocientas, sacó el mejor partido estético y funcional a materiales muy baratos y los convirtió en elementos revestidos de gran dignidad.
Pero, su mayor logro fue tal vez el espacio público que se creó entre los edificios, que permitía la existencia de jardines en torno a los cuales tenía lugar el encuentro entre vecinos. En ellos se ubicaban comercios y equipamientos, construidos para cubrir las necesidades de sus habitantes y generar vida urbana: un mercado, un colegio, un ambulatorio, una escuela de baile, una parroquia, un bar y una farmacia articulaban la actividad de una comunidad, que funcionaba de forma más o menos autónoma respecto a la ciudad.
Esta actividad era especialmente necesaria por el alto grado de aislamiento que la colonia tenía respecto a la ciudad. Así, contaba con un pujante club deportivo, fiestas con bailes regionales procedentes de distintos puntos de la península, una intensa vida parroquial y un vibrante mercado municipal.
Con la colonia de San Cristóbal se introdujo de forma exitosa en Madrid una tendencia europea que se llevaba experimentando las dos décadas anteriores en ciudades como Viena o Ámsterdam, y que ponía el foco en mejorar las condiciones de habitabilidad de la vivienda colectiva.
Hoy día se ha perdido gran parte de la actividad, pero los pocos puestos abiertos en el mercado, el bar Asociación, junto a la asociación familiar del barrio o la escuela infantil siguen sosteniendo un sentimiento de pertenencia y un orgullo de barrio que el paso del tiempo no ha borrado.
Recientemente, el colectivo de artistas Boa Mistura ha cubierto el mercado con un gran mural lleno de color, que busca ayudar a revitalizar ese espacio.
Madrid Nuevo Norte elimina barreras
La colonia, a pesar del crecimiento de la ciudad hacia el norte, ha permanecido con los años en una situación de aislamiento provocada por dos barreras físicas: el gran haz de vías del tren, al este, y por la propia Castellana, al oeste. No en vano esta avenida, a la altura de la colonia, es una vía de tráfico rápido de 11 carriles y más de 70 metros de ancho.
El proyecto Madrid Nuevo Norte servirá para eliminar las causas del aislamiento. Por un lado, la gran brecha producida por el haz de vías del tren. En su lugar, la actuación va a aportar al barrio accesibilidad y conectividad, con nuevos equipamientos públicos, comercios de proximidad, plazas, parques, oficinas y viviendas.
Hacia el oeste también se paliará el aislamiento mediante el soterramiento del tráfico rápido en el tramo final de la Castellana, convirtiendo lo que hoy es una barrera urbana de primer nivel en un parque peatonal de una hectárea.
Además, sus vecinos contarán con una estación de Metro y una nueva línea de bus de alta capacidad, ambos a menos de 200 metros.