La función se estructura en tres cuadros donde se trata indistintamente el franquismo, la Guerra Civil, la transición y la democracia. Con un ritmo vertiginoso se posiciona al público en la tesitura de trasladar los cuerpos de personajes tan dispares como Francisco Franco y Federico García Lorca a fosas comunes en los aledaños del propio Institut del Teatre.
Mediante este hilo conductor, se interpretan escenas que van desde finales de la década de 1970 hasta nuestros días. Así, se recuerdan algunos de los hechos más oscuros de la Guerra Civil y la postguerra, se simboliza a las familias afectas al régimen y se tocan temáticas como el gusto por la música y la vestimenta hortera, la inmigración, el culto al turista o la canción protesta.
Todo esto se desarrolla por medio de números musicales, desnudos integrales con vertido de pintura e incluso un curioso concurso, que consiste en adivinar qué frases han sido dichas en la dictadura o en la democracia.