El director de una obra de teatro basada en Sherlock Holmes está histérico... Ni su técnico, ni su actriz principal han llegado todavía. Está muy nervioso y enfadado por lo que considera una grave falta de profesionalidad y respeto hacia su persona.
Poco después, llega el técnico, pero cuando lo hace la actriz, el director explota pidiéndole cuentas. La intérprete le muestra una enorme maleta que ha venido arrastrando. Ahí dentro se encuentra el cuerpo sin vida de su marido, al que acaba de asesinar.
Así, los tres personajes se ven envueltos en una pequeña lucha de poder, repleta de maquinaciones dignas de una gran mente perturbada.